Las UPP son evitables
Los ancianos, enfermos y personas dependientes o con reducida movilidad, están amenazados por varias enfermedades o lesiones que pueden deteriorar su salud en poco tiempo, poniendo en peligro la vida y la recuperación de otras posibles enfermedades. Una de las amenazas más evidentes son las UPP o úlceras por presión, que afectan a los colectivos a que nos hemos referido arriba.
Son lesiones que se producen por una serie de factores, uno de los más relevantes la mala irrigación, que se une a una inmovilidad general y de una presión sobre las partes más susceptibles de padecer el problema. Las zonas que reposan sobre puntos de la cama, como la zona del hueso sacro, los glúteos, etc., deben ser revisadas antes de que aparezcan los primeros signos.
Los signos, en el primer estadio, son de apariencia leve, presentándose como manchas de color rosáceo. La diferencia con otros enrojecimientos cutáneos sin importancia, es que en el primer caso, al presionarse con el dedo sobre la zona de diferente color, esta no toma un blanqueo. Es importante tener en cuenta este dato para evitar las UPP en sus primeras fases, cuando aún pueden suprimirse.
En los sucesivos estadios de la enfermedad, la úlcera será de peor tratamiento, pero no por ello curable. Hay que tomar un conjunto de medidas para impedir estas lesiones. Una de las medidas básicas es la movilización y movimientos posturales. Las personas dependientes rígidas o con poca movilidad, requieren de asistencia para cambiar de postura. Cada 2-3 horas deberán ser movilizados de acuerdo a los protocolos que conocen los expertos en atención a mayores y enfermos.
Otro de los principales aliados de las UPP, es la mala higiene y más aún un mal secado tras las sesiones de aseo e higiene diarias. Por otro lado, a las personas con riesgo de adquirir escaras, llagas o úlceras por presión, hay que procurarles camas de presión alterna o colchones antiescaras.
Son lesiones que se producen por una serie de factores, uno de los más relevantes la mala irrigación, que se une a una inmovilidad general y de una presión sobre las partes más susceptibles de padecer el problema. Las zonas que reposan sobre puntos de la cama, como la zona del hueso sacro, los glúteos, etc., deben ser revisadas antes de que aparezcan los primeros signos.
Los signos, en el primer estadio, son de apariencia leve, presentándose como manchas de color rosáceo. La diferencia con otros enrojecimientos cutáneos sin importancia, es que en el primer caso, al presionarse con el dedo sobre la zona de diferente color, esta no toma un blanqueo. Es importante tener en cuenta este dato para evitar las UPP en sus primeras fases, cuando aún pueden suprimirse.
En los sucesivos estadios de la enfermedad, la úlcera será de peor tratamiento, pero no por ello curable. Hay que tomar un conjunto de medidas para impedir estas lesiones. Una de las medidas básicas es la movilización y movimientos posturales. Las personas dependientes rígidas o con poca movilidad, requieren de asistencia para cambiar de postura. Cada 2-3 horas deberán ser movilizados de acuerdo a los protocolos que conocen los expertos en atención a mayores y enfermos.
Otro de los principales aliados de las UPP, es la mala higiene y más aún un mal secado tras las sesiones de aseo e higiene diarias. Por otro lado, a las personas con riesgo de adquirir escaras, llagas o úlceras por presión, hay que procurarles camas de presión alterna o colchones antiescaras.